Cuando hablamos de la incorporación de tecnologías emergentes en contextos educativos, inmediatamente se nos viene a la imaginación algún tipo de artefacto que entra a la sala de clases generando diversas reacciones en los estudiantes. Eso es exactamente lo que hemos visto que ocurre cuando los docentes llegan a clases con un par de drones bajo el brazo.
En este contexto, y considerando el riesgo de confundir el valor de la innovación con el valor formativo de las TIC, es importante preguntarse por las habilidades que favorece el uso de drones. Las investigaciones registran experiencias formativas con uso de drones en la educación escolar y universitaria abarcando ámbitos de conocimiento tan disímiles como la geografía, ecología, geología, agricultura, matemática, física, química, electricidad, robótica, comunicación, sociología y la ética, además de experiencias integradas en la línea STEAM (…)