Los drones se están haciendo presentes con mayor frecuencia en actividades cotidianas de diverso tipo, tales como apoyo periodístico, control de seguridad, control de cumplimiento de normativas ambientales, entretenimiento, etc. Para quienes trabajamos en encontrar tecnologías que aporten a mejorar aprendizajes, es normal que nos preguntemos si esta tecnología, cada vez más difundida, ofrece alguna oportunidad de desarrollar habilidades o competencias de interés en el ámbito educativo.
Hasta el momento hay escasa investigación sobre las oportunidades para integrar drones al ámbito educativo, no obstante, queremos compartir con ustedes dos experiencias de uso de esta tecnología en el ámbito educativo:
Dispositivo volador educativo eDivo
Desarrollado por el Instituto de Informática Educativa de la Universidad de la Frontera, está diseñado para desarrollar la habilidad espacial de los niños en etapa de educación inicial (5 a 7 años). El drone está programado para obedecer instrucciones de los niños provenientes de un control remoto simplificado. Mediante botones los niños instruyen al drone para subir, bajar, avanzar, retroceder, ir a la izquierda o derecha para evitar que el dispositivo choque con obstáculos reales que están en la sala. Más información
Atlas Socioambiental de Realidad Aumentada.
Desarrollado por profesores del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, se trata de una aplicación para dispositivos móviles que permite visualizar representaciones territoriales frente a los conflictos ambientales. Los planos 3D fueron obtenidos por profesores y algunos de los alumnos de la carrera de geografía, mediante el uso de drones y el software libre OpenDroneMap, que permite unir las imágenes obtenidas por el drone y generar planos 3D, disponiendo información territorial en detalle que permite analizar las transformaciones de los sistemas ambientales.
Por ahora en su versión prototipo cuenta con dos locaciones en la comuna de Puchuncaví, pero dentro de las proyecciones del equipo liderado por el profesor Pablo Mansilla, está la incorporación de más localidades sujetas a conflictos territoriales. Se explorará durante este 2018 las posibilidades de que la comunidad educativa de los liceos de las localidades afectadas pueda formar parte del proyecto, ya sea como usuarios o, idealmente, como productores de contenido.