Desde hace años hemos tenido la preocupación, y la ocupación, de saber en qué medida los estudiantes han desarrollado sus habilidades TIC y cuánto de ello se aplica para beneficio de su aprendizaje. En octubre de 2018, se realizó un estudio Internacional de Alfabetización Computacional y Manejo de la Información (ICILS), que se realiza cada cinco años en varios países y también aborda la dimensión docente. La prueba internacional se aplicó a estudiantes de 8° básico, y evalúa la alfabetización computacional y manejo de la información.
El informe de resultados de la última aplicación salió hace pocas semanas y nos muestra que la mayoría de nuestros estudiantes tienen un conocimiento y manejo básico de los computadores. Chile alcanzó 476 puntos, por debajo de la media, pero sobre Italia, Uruguay y Kazajistán.
Anterioemente, en Chile también se había aplicado el SIMCE TIC (2011 y 2013) y los resultados tampoco son alentadores. Entonces ¿cómo hacemos para que los estudiantes tengan un buen manejo tecnológico y además hagan uso de él para su desemeño escolar? Si bien no hay una única respuesta, hay evidencia suficiente para fundamentar que:
- Mientras más práctica de uso de tecnología tengan los estudiantes en los centros escolares, mejores son sus habilidades.
- Mientras más temprano en la trayectoria escolar se incorporen las TIC como herramientas de aprendizaje, mejores serán los resultados.
- La mirada y disposición de los docnetes es fundamental para que los estudantes incorporen el uso de tecnología de una forma que los haga sacar más provecho de sus capacidades, y no menos.
Considerando lo anterior, el informe de ICILS entrega varias pistas respecto de cómo abordar la situación: en primer, lugar, debemos redefinir las TIC, es decir, mirar la tecnología no sólo como “Tecnologías de la Información y la Comunicación”, sino como “Tecnologías para el Aprendizaje y el Conocimiento” (TAC). En este sentido, la primera definición (TIC) es bastante instrumental, sin embargo, todo indica a que debemos diseñar experiencias de aprendizaje significativas, que incluyan el uso de tecnologías para potenciar nuestros sentidos. Y en segundo lugar, debemos dejar de hacer esfuerzos aislados para mejorar las habilidades de los estudiantes. En consecuencia, el centro escolar en su conjunto es quien primero debe reconocer que la tecnología es parte de la sociedad y debemos aprovechar todas las posibilidades que nos ofrece, para luego tener una mirada sistémica de incorporación de tecnología tanto en los procesos de enseñanza, aprendizaje, liderazgo y gestión.
Les dejo en link del informe ICILS para que puedan profundizar en los resultados y también dejo la invitación a docentes, directivos y otras autoridades del ámbito educativo que quieran emprender esta mirada sistémica a que nos contacten, pues estamos en la búsqueda de escuelas, liceos, municipios, que quieran adherirse a esta idea y plantearnos una ruta común para abordar esta brecha.