La investigación fue realizada por la Agencia de Calidad de la Educación y se centra en estudiantes de enseñanza media, donde participaron 16 establecimientos urbanos de la RM el año 2017.
Para nadie es sorpresa que los jóvenes actualmente se desenvuelven en un mundo altamente digitalizado, sin embargo, cómo este factor afecta o no el proceso de aprendizaje es una temática que siempre ha sido de especial interés para los diferentes actores que componen el sistema educativo.
Por esta razón, la Agencia de Calidad de la Educación, organismo creado gracias a la Ley de Aseguramiento de la Calidad (Ley N ° 20.529) de 2011, realizó un estudio sobre “las percepciones que los docentes, padres y estudiantes tienen acerca de los dispositivos digitales, y la manera en que la escuela se relaciona con el contexto tecnológico actual”.
Los resultados de esta investigación se dividen en tres grandes conclusiones, en primer lugar, “estamos en presencia de un nuevo estudiante; en segundo lugar, las TIC son uno de múltiples factores que incide en el proceso de aprendizaje; y tercero, el nuevo contexto tecnológico genera tensiones con el sistema educativo actual que deben resolverse”, señala el informe.
El nuevo estudiante hace referencia que los jóvenes de hoy requieren de información rápida y de fácil acceso, además tiene la habilidad de incorporar con destreza nuevos dispositivos tecnológicos. No obstante, se señala que “los estudiantes no son expertos en tecnología, lo que no significa que no sepan utilizar dispositivos, sino que no han desarrollado las competencias y habilidades digitales para desenvolverse en el mundo de hoy”.
Esta habilidad está determinada por el nivel socioeconómico del estudiante, ya que, a mayor nivel, se percibe un mejor manejo de la tecnología. Dicho de otro modo, uno de los problemas a solucionar en este ámbito no es el acceso, sino el uso y manejo de manera transversal, problematizando a su vez, la perspectiva del “nativo digital”.
¿Prohibir o incluir el celular en clases?
Otra de las conclusiones de este estudio es la diferencia sobre el discurso que rodea los smartphones particularmente: buen o mal uso. El “mal uso” se entiendo como las “tensiones que se asocian principalmente a las distracciones y desmotivación de los estudiantes”.
Tales percepciones, evidencian la clara disputa entre los paradigmas de la educación, donde la tecnología se percibe como una distracción, en oposición, a una herramienta útil para el proceso de aprendizaje, ya que sitúa al estudiante como centro gestor activo de su conocimiento.
En ambos casos se señala que los establecimientos cuentan con recursos digitales, sin embargo, “estos elementos vienen a acompañar las metodologías clásicas de enseñanza, perpetuando un modelo tradicional expositivo, sin mayor participación de los estudiantes en el desarrollo de la clase”.
Finalmente, los dispositivos tecnológicos, o específicamente, el celular, hoy más que nunca debe ser tema de debate en los establecimientos considerando “metodologías que contemplen características del nuevo estudiante, más distraído, crítico, informado, ágil, y con gusto por la inmediatez y la tecnología. Así, no basta con incorporar recursos tecnológicos en el aula, sino que, además estos debieran alimentar una dinámica que ponga a los jóvenes como protagonistas de su aprendizaje, y que los conecte con el mundo actual”.
Un primer paso, como señala el informe, es revisar la pertinencia de los reglamentos de convivencia, “estableciendo normativas respecto a la tenencia y uso de recursos digitales que vayan más allá de lo punitivo”.
Para profundizar los detalles de este informe puedes descargarlo AQUÍ.