Si usted es lector frecuente de las publicaciones de Costadigital PUCV, sabrá que desde el año pasado estamos trabajando con drones pero de tipo aéreos. A finales del 2018, estuvimos investigando qué pasaba con los drones a nivel mundial y nos dimos cuenta de que existen varios modelos sumergibles, y también algunos submarinos.
La tecnología avanza rápidamente y si ustedes buscan “drones acuáticos” en la web, verán que hay diversos modelos y usos que se les están dando, principalmente en el hemisferio norte.
Los drones submarinos tienen como principal característica su diseño adaptado para moverse en el agua y, por lo tanto, no vuelan en el aire. Su diseño suele ser más aerodinámico y varios modelos se mantienen conectados a través de un cable con su base (tipo cordón umbilical).
Desde el punto de vista técnico, debe considerar los siguientes factores:
- La extensión del cable que lo conecta con su base.
- Cantidad de metros que puede sumergirse, es decir, que el cable sea de 50 metros no implica que pueda llegar a 50 metros de profundidad. Ese dato hay que verificarlo en la ficha técnica del dron.
- Cantidad y tipo de sensores que incluye. Todos incluyen cámara HD y con mucha frecuencia luces LED. Algunos incluyen otros accesorios o un espacio para poner sensores propios.
- Un dispositivo de control. En algunos casos puede ser una base de control o un smartphone.
- El medio de visualización de la imagen. Algunos traen una base que incluye pantalla, en otros, usan la pantalla de un smartphone, incluso hay algunos que ofrecen la opción de lentes VR.
Estas son las características a evaluar, no siempre más es mejor, ya que una cosa es el hardware que traer y otra el software que lo acompaña; muchas veces dos equipos con iguales características se comportan muy distinto por el software. Lo importante es que al momento de analizar un equipo revise sus características físicas, y luego, vea algunos vídeos con donde se muestre su desempeño en distintas acciones y, siempre ayuda, leer la opinión de otros usuarios.
La pregunta que surge inmediatamente después de conocer un equipo nuevo es: ¿para qué lo podríamos usar? Aquí las opciones son variadas, sobre todo en un país con tanta costa, ríos y lagos.
La mayor cantidad de usos que he visto hasta ahora está relacionada con temas ambientales, como detección de contaminación en el agua, recolección de imágenes para conocer en detalle el estado de lechos de mar, abundancia o escasez de seres vivos, mantención de arrecifes, etc.
Si el tiempo nos rinde como esperamos durante las actividades del 2019, esperamos con ansias llegar a diciembre para darles la noticia de que tendremos uno de estos equipos. Si es así, contamos con sus mentes creativas para impulsar exploraciones acuáticas en la región de Valparaíso.